Asturias le declaró oficialmente la guerra a Napoleón por la invasión francesa de España.
Fue la Junta General el órgano asturiano que, en dependencias de la Catedral de Oviedo, asumió la soberanía, porque el Rey Fernando VIl estaba retenido en Francia, sin opción a reaccionar.
La Junta se constituyó en Junta revolucionaria.
Decidió enviar comisionados al Reino Unido y así internacionalizar el conflicto. Esta era la única forma de ganar. Además, propuso que en todas las provincias se conformaran Juntas Patrióticas.
El 25 de mayo de 1808 el pueblo asturiano, a través de la Junta, se puso al frente de la situación.
En un hito histórico que ha de recordarse y ponerse en valor. La todopoderosa Francia de Napoleón encontró en Asturias la primera oposición formal a su invasión.
Estos hechos fueron políticamente muy relevantes.
Asturias fue la primera en tomar medidas destinadas a asumir la soberanía por parte de los ciudadanos que de algún modo dejaron de ser súbditos.
La Junta General se transforma en Soberana y fue ejemplo a seguir por otras, incluyendo la Junta Suprema Gubernativa del Reino.
Además, adelantó muchos principios recogidos en la Constitución de Cádiz de 1812, la Pepa, la primera Constitución española y en la que tuvieron participación relevante los asturianos.
El 25 de mayo fue la revolución política más significativa de Asturias.
Por varios motivos:
Fue una reacción contra una agresión exterior, aunque esta no tuviera lugar en Asturias todavía.
Puso en valor la solidaridad nacional y la asunción de soberanía.
Implicó el cambio del antiguo régimen a la "modernidad". La Asturias histórica, aunque marginal territorialmente, muestra su vitalidad política. Adelantó la revolución dentro de la guerra y dio entrada a ideas del constitucionalismo liberal.
Jovellanos en 1794…
Catorce años antes de que estallase la guerra de la Independencia, Jovellanos escribió una carta razonada al marqués de Camposagrado donde definía cómo debían ser según la historia la bandera y escudo del Principado de Asturias:
La Cruz de la Victoria con el alfa griega en el brazo derecho y la omega en el izquierdo.
El escudo debía tener corona real.
El lema: HOC SIGNOTUETUR PIUS. HOC SIGNO VINCITUR INIMICUS. [Con este signo se protege al piadoso, con este signo se vence al enemigo].
El fondo debería ser azul sin descartar la opción del rojo.
Años más tarde…
En mayo de 1808 el ejército asturiano, formado para defenderse ante el todopoderoso Napoleón, se encontró con que no tenía una enseña que lo representase. Aquellas tropas, para definir cuál sería su enseña, tomaron como referencia las indicaciones que Jovellanos había redactado unos años atrás precisamente para un regimiento militar.
Puede decirse que por primera vez empezó a utilizarse la actual bandera asturiana por un ejército proyectado de 20.000 efectivos que asumió en tierra asturiana la soberanía nacional para resistir al invasor francés y defender la libertad e independencia de la nación.